Los logros alcanzados por la gesta revolucionaria del 20 de octubre de 1944 en el campo educativo, laboral y social están en latente peligro, debido al mal manejo de las instituciones, códigos y principios, que no han sido respetados por los regímenes posteriores a este movimiento militar y civil que provocó cambios en favor de la población mayoritaria.
La gesta dejó cambios sociales profundos para la población guatemalteca de la clase media para abajo, pero que ahora están y han estado siempre en latente peligro, por la falta de políticas públicas para seguir con el desarrollo y avance del país y esto lo han hecho notar en repetidas ocasiones varios sociólogos e historiadores nacionales e internacionales.
Una de las conquistas más emblemáticas de la Revolución de la primera mitad del siglo pasado fue precisamente el Código de Trabajo, porque con esta legislación laboral surgió la necesidad de proteger al trabajador a través del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS)".
Son también avances importantes darles autonomía a las municipalidades y de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), así como las reformas en el sistema educativo, porque Juan José Arévalo, el primer presidente electo de la época revolucionaria fue educador y se especializó en eso.
Los logros alcanzados durante el período de Jacobo Árbenz Guzmán, se puede recordar el Decreto 900, con el que se intentó una reforma agraria con base en la expropiación de tierras ociosas y el comienzo de la carretera al Atlántico y el puerto Santo Tomás de Castilla en Izabal.
En la actualidad los grandes logros de la Revolución están en latente riesgo, debido al modelo político vigente y que no hay un dirigente político visible, ni partido político, que a siete décadas de la Revolución del 20 de Octubre de 1944, haga valer y defender los conceptos y principios de quienes pensaron en Guatemala como Nación.
La historia nos refiere que la Revolución del 44 comenzó con la sublevación de oficiales jóvenes del Ejército, sitiaron y bombardearon el Castillo de Matamoros y el de San José con piezas de artillería y tanques. Lograron neutralizar la aviación y el Palacio Nacional. Los primeros civiles en unirse fueron universitarios que llegaron a la Guardia de Honor en la madrugada, mientras que un contingente de obreros, se enfrentó a la Policía en barrios capitalinos.
De volverse a repetir una gesta como la del siglo pasado, consideramos que solamente se lograría un verdadero triunfo, cuando nuevamente se unan militares y civiles, que de verdad quieran cambiar las cosas en Guatemala y amen y respeten a la patria grande, de lo contrario no vemos una solución a corto plazo de los problemas nacionales.
@circuitosanjuan La impresionante Parroquia San Juan Bautista de San Juan Sacatepéquez durante la mañana de este domingo 6 de octubre.
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